lunes, 23 de mayo de 2011

CAPITULO 29

- ¡Bueno…!,- exclama Ángel nervioso -. ¿Qué tal tu primer día en la mesa?



- Muy nervioso,- sonreía Alberto.



- ¿Y?



- Pero muy bien. Ha sido algo increíble. Sólo que…



- ¿Qué?



- ¿Tan rápido va el cue?



Ángel ríe, más a modo de liberación que como respuesta a la pregunta.



- Para eso tenemos el guión en papel también,- Ángel aparentaba como si se hubiera liberado de un gran peso.



- Ha sido una experiencia indescriptible. En serio. Al principio he de reconocer que estaba muy nervioso y que las cámaras me imponían mucho. No es lo mismo hacer un sketch, que es grabado, que un directo.



- Pero, ¿te ha gustado la experiencia?



- ¿Si me ha gustado? ¡Me ha encantado!



- ¿Repetirías?



- ¡Sin duda!



- Pues vete haciendo a la idea de que lo harás cada semana.



El rostro de Alberto se transforma en asombro. ¿Él? ¿Delante de las cámaras todas las semanas? ¿Y en directo? Empezó a sentirse presionado. En diercto. Delante de una cámara. Siendo visto y escrutado por cientos de miles de personas desde sus casas. Empezó a marearse, pero era un mareo agradable.



- ¿Estás bien, Alber?,- Ángel lo notó todo.



- Sí… sí… Sólo que… No sé si me voy a hacer a la idea de…



- Tranquilo,- le rodea los hombros con su brazo -. Te acostumbrarás. Y no te sientas presionado. Ya ves que Patricia y yo nos solemos confundir bastante con el guión.



- Ya, pero vosotros sois profesionales.



- ¿Profesionales?,- ríe Ángel.



- Sí. Ya habéis tenido experiencias previas. Tú estás haciendo monólogos, y Patricia ya hizo antes “El Informal”. Yo…



- Tú lo harás estupendamente.- Ángel le mira fijamente a los ojos -. Tengo plena confianza en ti.


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