miércoles, 18 de mayo de 2011

CAPITULO 25

Fátima sonreía mientras dejaba su móvil sobre la mesilla. Se estaba sonrojando imaginando a su amiga con Alberto. De tanto imaginárselo acabó soltando una leve y aguda risilla que trató de ahogar con su mano, pero el daño ya estaba hecho. Una mano la roza la espalda.



- ¿Qué pasa, Fátima?



Fátima se vuelve, nerviosa.



- No es nada, Ángel, tranquilo.



- ¿Y con quién hablabas antes?,- Ángel se incorpora para abrazarla por la espalda



- ¿Estás celoso?,- Fátima le responde con tono desafiante.



- ¿Perdona? ¿Me hablabas?,- Ángel no puede evitar besarla en el cuello. Fátima ríe.



- Para, que me haces cosquillas.



Fátima logra levantarse de la cama. Ángel la mira, apoyado en un brazo. Fátima sale de la habitación, pero se para en el vano de la puerta.



- ¿Hemos hecho bien?,- pregunta, seria, sin darse la vuelta.



- ¿Cómo dices?,- Ángel no comprendía.



- Lo de acostarnos juntos,- se da la vuelta -. ¿Crees que hemos hecho bien?



- ¿A qué viene eso?,- sonríe Ángel.



- No sé…,- Fátime estaba pensativa -. Lo digo, sobre todo, por nuestra diferencia de edad. Yo tengo dieciocho, y tú…



- Fátima…,- Ángel se sienta en la cama -. A mí no me importa la edad. Lo importante es el amor que sintamos en uno por el otro.



- Es que son más de diez años de diferencia…- Fátima apenas podía alzar la mirada.



Ángel se levanta de la cama y acude junto a ella. La sube el rostro para mirarla fijamente a los ojos.



- Fátima. Yo te amo. Cuando te conocí el otro día, en casa de Alberto, me vino una sensación de… Un no sé qué… No sabría describirlo. Fue algo que nunca antes sentí por una chica. Es verdad que he estado con otras chicas, pero ninguna de ellas me hizo sentir como tú.



Ángel y Fátima se quedaron prendados el uno del otro, sin poder apartar la mirada. Ángel se acerca a su rostro lentamente para poder imprimir sus labios con los de ella durante unos segundos y terminar abrazados. Era lo que Fátima necesitaba. Un novio, pero también un amigo. Alguien con quien poder hablar de sus cosas, de sus inquietudes y miedos. Alguien con quien contar siempre que lo necesite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario