jueves, 5 de mayo de 2011

CAPITULO 17

- ¿Ángel?
El grito a tres hace que Alberto se quede de piedra. Ángel reacciona girándose. Las tres chicas saltan, ríen y gritan en el vano de la puerta, hasta que reaccionan y corren junto a Ángel. Éste sonríe con cierta timidez y cohibido. Alberto se lamenta.
- Chicas, chicas, chicas,- responde Ángel -. De una en una, por favor.
- Chicas,- Alberto intercede -. Ángel ha venido para hablar unas cosas del trabajo conmigo. Por favor.
- Oh...,- las tres chicas comenzaron a llevar a cabo su plan de dar pena.
- Es verdad,- responde Ángel -, pero os prometo que cuando acabemos hablo con vosotras un rato.
Alberto abre la puerta y coge a Ángel del brazo para meterlo en su casa.
- ¿Y esas chicas?,- pregunta Ángel, ya dentro de la casa de Alberto.
- Son mis vecinas. Se acaban de mudar hoy. Las he ayudado con un sofá que se había encajado en el descansillo y, bueno, hemos terminado haciendo buenas migas.
Ángel sonríe.
- Espero no haber interrumpido nada antes.
Alberto le mira.
- ¡No!,- ríe Alberto -. ¡No es lo que piensas! Tan sólo estuvimos hablando, nada más.
- Ya...,- murmura Ángel mientras vuelve junto a la puerta y la abre. Las tres chicas caen al suelo. Ángel las mira sonriente, Alberto sorprendido. Las chicas se levantan del suelo, sonriendo.
- No... No estábamos espiando...,- responden entrecortadamente.
- Ya, ya, ya...,- responde Ángel. Las chicas se disponen a volver a su piso, pero Ángel las retiene -. ¿Queréis entrar?
- ¡Ángel!,- exclama Alberto.
- Si a Alberto no le importa, claro...
- Pero es que tenemos que hablar de cosas del trabajo.
- ¡Bah! Si simplemente era decirte que el DVD este tuyo me ha gustado mucho. En serio,- le dice entregándole el DVD -. Además, así nos divertiremos más, ¿no?
Las tres chicas entran tímidamente en la casa de Alberto. Éste las indica el salón, con gesto de vencido.
- ¿Qué queréis tomar?,- pregunta Alberto, desde la cocina.
- Una cerveza,- responde Ángel, en el salón.
- Nosotras, si tienes coca-cola o algo,- responde Tamara.
- Y decidme,- les dice Ángel, abriendo su cerveza -. ¿Veis el programa?
- ¡Sí! ¡Siempre!,- exclaman las tres a la vez. Ángel sonríe.
- ¿Y qué os pareció el skecth de ayer? El de Dani y mío.
- Para el recuerdo,- responde Fátima, con rostro ensoñador.
- ¡Emedós!,- ríen nerviosas las tres chicas.
- Pues el creador le tenéis delante,- contesta Ángel.
- ¿Fuiste tú?,- pregunta sorprendida Gloria.
- No,- ríe Ángel -. ¡Ójala! Fue Alberto.
- Alberto, ¡eres nuestro Dios!,- exclaman a la vez las tres muchachas. Ángel responde riendo.

1 comentario:

  1. Ohhh, y que aun sigamos con vida y con voz despues de todo jaja, pero ¿al final tendremos que comprar otro sofa no? Xq si el roto esta destrozado por la mitad....

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