miércoles, 8 de junio de 2011

CAPITULO 39

Le temblaba la mano. No sabía si por las lágrimas o por el miedo. El reflejo del espejo seguía sin gustarla. El pintalabios coloreaba su boca, saliendo de sus límites. La sombra de ojos caía gota a gota de sus llorosos ojos. El hipo comenzó a hacer mella en ella. Entonces, cambia el pintalabios por la maquinilla de Ángel. Con mano temblorosa la mira fijamente, luego se vuelve a su reflejo en el espejo y, con una mezcla de pánico y desesperación, comienza a pasar, fuerte pero lentamente, el filo por su rostro, dejando tras de sí un rastro de gotas de sangre. La tristeza se apoderó definitivamente de ella. Y seguía sin gustarla el reflejo del espejo.



Fátima abre los ojos sobresaltada. Se incorpora y se palpa en rostro, asustada. Al ver su imagen reflejada en el espejo del dormitorio respira aliviada.



- Fue sólo una pesadilla,- murmura.



Pero nota el otro lado de la cama vacío. La angustia comienza a acosarla de nuevo. Se pellizca en el brazo, pensando que sigue soñando, pero el dolor es demasiado real. Quiere llamarle, pero teme que no le responda. Teme que no esté con ella.



- Ángel…,- la voz sale tímida de su garganta. No obtiene respuesta -. Ángel…,- las lágrimas apenas la dejan hablar. Fátima se tumba, desconsolada.



- ¿Te pasa algo, cielo?



Aquella voz la hace volverse hacia la puerta. Ahí estaba él, en el vano de la puerta, limpiándose las manos con un trapo. Fátima le ve, como si de un sueño se tratara. Estaba tan guapo en camiseta… Al verla llorar, Ángel se asusta y corre hacia ella. La abraza fuertemente.



- ¿Qué te pasa, cariño?,- le pregunta, angustiado -. ¿Por qué lloras?



Fátima no contesta, tan sólo le abraza. Ángel se separa y la mira a los ojos.



- Dime qué te pasa, cielo.



- No es nada, Ángel…,- solloza Fátima, algo más tranquila. No sabe por qué, pero los ojos de Ángel siempre la calmaban mágicamente -. Pensé que…



- ¿Qué no estaba contigo?,- Ángel sonríe tiernamente -. ¿Sigues con lo de ayer? Fátima, yo te quiero y nunca en la vida me separaré de ti.



- Pero…



- Ya te dije anoche que todo esto que nos ha pasado… bueno, que me ha pasado, es porque tengo muchas cosas en la cabeza, y por el estrés del programa, pero tú no te preocupes, ¿vale?,- y la besa en la frente.



- ¿Dónde estabas?



- En la cocina, preparándote el desayuno… Ups… Era una sorpresa,- y Ángel forma una mueca en su rostro que hace sonreír a Fátima. Ángel la ve y sonríe -. ¿Mejor?,- Fátima afirma con la cabeza -. Pues ahora lo vas a estar más,- y, entre besos y caricias, la tumba en la cama mientras él se pone encima de ella.

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