viernes, 1 de abril de 2011

CAPITULO 5

Alberto estaba como en una nube. Aún no se lo acababa de creer, creía que ha sido todo un sueño. Pero no. Ahí estaban Ángel y Patricia, en la mesa del plató, siguiendo el guión a duras penas por el ataque de risa que les había entrado por un pequeño lapsus linguae de Ángel. Pero Patricia supo dominarse por unos instantes para dar el pie del guión para meter un video. El video. Ese que Ángel y Dani grabaron aquella mañana, casi a contrarreloj. Ese video que él mismo escribió el guión. Ese video que Ángel y Dani le hicieron escribir en la entrevista.

Alberto miraba nervioso la pantalla, escondido entre bambalinas. El corazón le latía muy fuerte, pareciera que se le fuera a salir del pecho. Le sudaba todo el cuerpo. Creía que todo era un sueño, pero el gesto de Ángel mirándole con el pulgar hacia arriba le calmaba. Patricia observa el gesto de Ángel y se le acerca para hablarle al oído. Ángel le responde simplemente señalándole. Y Alberto siente flaquearle las fuerza. Patricia le miraba. Al momento le señala, como preguntándole si lo había escrito él. Alberto asiente con la cabeza. Y la respuesta de Patricia le hace morirse al momento: le sonríe cálidamente al tiempo que ella igualmente enseña su pulgar levantado.

Entonces alguien le ataca por la espalda. Alberto reacciona con un respingo.

- ¡Tranquilo, que soy yo!,- ríe Dani. Ya más serio, le rodea los hombros con el brazo, mirando a plató -. Muy buen sketch, ¿eh? En verdad eres muy bueno.

- Bueno... El sketch ha salido bien porque los actores son muy buenos...,- Alberto aún seguía inmerso en su nube de felicidad.

- Oye tío, no me chupes la polla; chúpasela también a Ángel,- ríe Dani -. Perdona tío, pero así soy yo,- y vuelve a abrazar a Alberto por los hombros -. Si te he de ser sincero, yo no te veía como buen guionista. Pero Ángel te ha dado la oportunidad de hacer un sketch, y, la verdad, eres muy bueno. Él es el único que ha visto que eres bueno en esto, y si lo dice el jefe...,- sonríe Dani al tiempo que saluda a su amigo levantando el brazo. Ángel le responde igual -. Cambiando de tema, todo el equipo solemos quedar después del programa para tomar unas copas y charlar. ¿Te apuntas?

- ¿Yo? ¿Salir? ¿Con vosotros?,- pregunta excitado Alberto.

- Oye, ahora te me vayas a desmayar,- bromea Dani -. Y dí que sí, tío. A modo de celebrar el éxito de tu primer sketch.

- No sé, Dani...

- Venga...,- Dani bromeaba con su imitación de niño pequeño -. Jo... Di que sí, tío...

Alberto sonreía avergonzado por la forma de ser de Dani. A pesar de que estaban entre bambalinas, la gente les podía ver, y eso le hacía sonrojar. Para terminar con esa escena, asiente tímidamente.

- ¡Gracias Alberto!,- Dani muestra su sonrisa más grande -. Nos lo vamos a pasar genial esta noche. Ya te diré más tarde cómo quedamos y eso, ¿vale?,- y se va corriendo.

¿Qué hago yo en una reunión de compañeros de trabajo al salir?,- piensa Alberto -. Yo no pinto nada. Es mi primer día y no conozco a nadie. Bueno... Están Ángel y Dani, porque son mis tutores en estas prácticas. Yo no soy mucho de salir por ahí, pero si lo hago, lo hago con mis amigos de siempre, y siempre acabo por pasármelo muy bien. Pero, ¿con un grupo de personas que acabo de conocer? Miento. ¿Con un grupo de personas a las que no conozco? Me veo en un rincón de la barra absorto en mi copa, como el hombre invisible, mientras el resto de la gente habla entre ellos, se divierten y ríen. No, no sé por qué he dicho que sí...

Cuando acabó el programa, todos se van despidiendo. Las chicas se cambian, los compañeros de atrezzo desmontan el último escenario creado, y Alberto sube con el resto de guionistas a recoger la redacción. Al salir del edificio, una mano le toma del hombro. Se vuelve.

- ¡Alberto! ¡Espera, hombre!

- Ah... Hola, Ángel.

- Oye, que no he tenido ocasión de felicitarte por tu sketch,- le responde el catalán.

- No hace falta,- contesta Alberto -. Con las primeras quince veces me basta,- Ángel sonríe.

- Pues con la mía hacen ya dieciséis. Cambiando de tema, me ha comentado Dani que te vienes esta noche con nosotros. ¿Es verdad?

Alberto no sabe qué responder. Dijo que sí sólo para que Dani dejara de hacer el tonto (como tiene por costumbre). Si le dice eso, quedará mal ante su jefe en el primer día, y Dani puede llegar a enterarse y enfadarse con él. Pero es que realmente no le apetecía, y si dice que no, igualmente quedará mal ante Ángel. Así que no ve otra solución.

- Sí, le dije a Dani que sí, pero...,- la cara de Ángel se entristece levemente -. Pero no sé si podré. Es que creo que se me está empezando a levantar dolor de cabeza...,- y se lleva la mano a la cabeza.

- Oh...,- el rostro de Ángel lo decía todo -. Con las ganas que teníamos todos de celebrar tu primer sketch... Y también para conocerte a ti y tú a nosotros. En fin... Otro día será, Alberto,- y le da un par de palmadas en la espalda antes de salir.

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